Esta semana nos hemos vuelto a reunir los representantes de entidades pro libertad de elección de lengua de España. Estas fotos son del miércoles; en la imagen superior estamos ante el Ministerio de Educación después de haber registrado las enmiendas que hemos presentado a la Ley Wert. "¿Por qué?"- os preguntaréis- "con lo enfadados que tiene esta ley a los nacionalistas"...¿Verdad? Os respondo y siento de veras hacer de agorera, ya sé lo feliz que se vive estando en el limbo de las declaraciones oficiales. El último borrador de la ley prevé ¡por fin! que se podrá elegir entre dos vías; lo lo malo es que en una se podrá estudiar todo en la lengua autonómica y en la otra casi todo en la lengua autonómica. ¿Qué os parece?
En la foto inferior estamos en el despacho del Director General de Evaluación y Cooperación Territorial. Fue muy atento y muy amable, y nosotros muy claros y contundentes. Nos trasmitió su preocupación por los quebraderos de cabeza que les están dando los nacionalistas. ¿Mi impresión? Os diría que le harán caso a quien más lata les de, pero a estas alturas ya ni eso creo, cada vez estoy más convencida de que les va la marcha. En la foto falta María, del Pais Vasco, y hay alguien nuevo que se acaba de sumar a nuestras reivindicaciones, es Fernando Chiva, representante de Círculo Cívico Valenciano, lo tenéis a la derecha de la imagen. Me dijo que era seguidor de este blog así que le envío un abrazo. Durante un ratito que pudimos charlar, me contó que la Academia de la lengua Valenciana también es un tanto singular, que la gente tiene la impresión de que está dirigida desde Cataluña ya que se afanan en catalanizar el valenciano a marchas forzadas, por aquello de colaborar a la unidad de los supuestos països cataláns. Cuando me explicó cómo iban introduciendo las nuevas formas verbales y el léxico en los libros de texto, no me sorprendió. Desde que estoy metida en esto ya nada me sorprende, es como si vives en un circo y te aparece en la roulotte la mujer barbuda echando fuego por la boca mientras amaestra a un tigre de Bengala, ya ni te inmutas.
Después de la reunión en el ministerio me tocó rueda de prensa, comida y avión de vuelta. En total cinco intensas horas en Madrid. El jueves fue de locos. El instituto parecía una jaula de grillos. A última hora estaba de guardia, gracias a los recortes sólo la comparto con otra profesora y faltaban dos profes que estaban de viaje con los alumnos. Mi compañera se quedó en uno de los cursos, y yo tuve que decidir entre atender a un 1º de Bachillerato o vigilar el aula de castigo a donde van a parar los expulsados de esa hora lectiva, unos mini outsiders con los que suelo llevarme bien, pero que tienes que atender con los cinco sentidos y hacer de mamá, de profe, y de educadora social, todo a un tiempo. Me decanté por estos últimos. Repartí entre ellos las hojas del periódico de la sala de profesores para que estuvieran entretenidos. Uno quería hacer el crucigrama los otros reclamaban la sección de deportes. ¡Haya paz! al final tuve que esmerarme en entretenerlos yo contándoles mil historias e intentando que no hicieran de las suyas. Media hora más tarde le pedí al Jefe de Estudios que les echara un ojo mientras yo subía a rogarles a los de Bachillerato que colaboraran portándose bien. Cuando volví al aula de castigo el Jefe de Estudios acababa de sofocar un intento de motín.
Volví a casa dispuesta a echarme un sueñecito cuando me avisan de que hay declaraciones de Feijóo; finalmente anunció que no recurrirán el decreto: se acabó la enseñanza en lengua materna en Infantil y la libertad de uso del idioma en clase. Me pongo a redactar una valoración y suena el teléfono. Es del colegio, un compañero le dio un codazo a mi peque sin querer y tiene varios brackets esparcidos sobre el pupitre, y el arco de metal clavado en la encía. ¡Hala! Me voy al ortodoncista con el niño y el portátil. Cuando me devolvieron a Alfonso con todo en su sitio ya había redactado y enviado la valoración a la prensa.
Hoy he recuperado la calma y me estoy dedicando a corregir exámenes. De vez en cuando entro en la prensa digital para divertirme con el último capítulo de "Las aventuras de Ferrín en la RAG". Sus más fieles hablan hoy de golpe de Estado del stablishment cultural. Afirman que no albergan ninguna duda de que hay una coalición de intereses personales mercantiles, de control y de poder cultural para hacerse con el control de la RAG. Y dan pistas. Según afirman se trata de un poder en la sombra capaz de destruir un regimiento, y apuntan a Freixanes, de la Editorial Galaxia, y al partido Compromiso por Galicia, escisión del BNG, auspiciada por Henrique Monteagudo y que tiene, según ellos, conexiones secretas con la Xunta. Los fieles a Ferrín que tenían intención de abandonar también la RAG, han decidido quedarse para impedir que "los traidores" se hagan con la presidencia. Dicen que van a dar guerra, uno declara: "el terreno no se abandona sin combate".
Estaremos atentos al próximo plenario, que por lo que parece será de alto riesgo. Que lo disfruten. Yo prefiero 20 horas con mis muchachos en la sala de castigo.