domingo, 25 de septiembre de 2011

Los gazapos del Conselleiro de Educación




Es difícil hoy en día inculcarle a un niño buenas maneras y respeto hacia los demás teniendo en cuenta cómo crecen la zafiedad y el embrutecimiento a nuestro alrededor. Yo lo intento y, aunque a veces me parece que no  consigo los resultados apetecidos, creo que las buenas enseñanzas y, sobre todo, los buenos ejemplos, quedarán guardados en algún lugar de su interior y aflorarán en el futuro. Sin embargo, hay tres cosas que me parece que he logrado que asuma, la primera, a tratar con respeto a  las personas mayores, algo que a él le resulta  fácil porque le recuerdan a sus abuelas y al único abuelo que le queda; tres personas a quienes quiere mucho. También veo  que  sabe valorar el trabajo de los demás, y que ha comprendido la importancia de no burlarse nunca de los defectos de otras personas, incluidos los errores de expresión. No todos han tenido la suerte de poder acceder a una buena formación, ni de estar rodeados de un ambiente culto, le hago ver. Pero, ¿qué decirle cuando quien mete la pata es una persona que debería dar ejemplo? Pongamos por caso un cargo público relevante. ¿Qué decirle si, además, ese cargo público es un Conselleiro de Educación?.
Hace unos días me encontraba en la cocina preparando la cena; coloqué mi portatil sobre la mesa para escuchar una de tantas grabaciones que me envian los socios y simpatizantes de Galicia Bilingüe cuando les parece que algo  nos puede interesar. Junto con un audio de RNE en Galicia me hacían llegar un vídeo. Mientras adornaba una ensalada, la voz del Conselleiro de Educación se oía en el programa "El gato al agua". Me di cuenta de que el peque había entrado en la cocina cuando le oi exclamar "mamá, está mezclando; ¿quién es?".
Los que tenemos hijos pequeños estudiando en Galicia comprobamos cómo a menudo mezclan códigos lingüísticos, en este caso gallego y español, algo que les sucede al hablar pero sobre todo al escribir y más frecuentemente a partir de la segunda mitad del curso. No se trata de las expresiones habituales que los gallegos usamos cuando hablamos español, de nuestro cariñoso diminitivo, de palabras prestadas muy expresivas que casi entrecomillamos con la entonacion al hablar, ni del escaso uso que hacemos del pretérito perfecto, sino de verdaderos errores ortográficos, semánticos y de sintaxis, "fruto" de estudiar todas las asignaturas que requieren un uso más intensivo de textos en gallego. Mi hijo está acostumbrado a que yo insista en que no se deben mezclar los idiomas; que cuanda habla o escribe en gallego o en español ha de hacerlo correctamente en ese idioma: "que no mezcle"; y  ese error, enseguida se percató, era precisamente el que estaba cometiendo aquel señor que hablaba en la tele.
Me volví y rebobiné la grabación. El Conselleiro intervenía por teléfono e intentaba convencer a los espectadores de que los profesores descontentos con los recortes en la plantilla eran una pequeña minoría. Lo expresó de la siguiente manera: "los profesores lo están a entender". Los periodistas presentes en el plató  pusieron cara de haberse quedado, como suele decirse, "a cuadros". Segundos más tarde reincidió:  "lo están a entender".
Podía haberle explicado al niño que, siguiendo instrucciones del Presidente de la Xunta, el Conselleiro y  otros cargos están recibiendo clases intensivas de gallego desde hace dos años y que, tal vez por eso, a veces se hace un lío, pero seguramente la próxima vez que oyera esa misma voz en alguna emisora hablando en gallego se daría cuenta del  escaso provecho que el Conselleiro obtenía de su aprendizaje y, de nuevo tendría que buscarle alguna disculpa.
  Algunas cosas son difícles de disculpar; por ejemplo, los errores que uno se encuentra en los textos publicados por la Consellería de Educación en el Diario Oficial de Galicia. Así, de memoria, recuerdo un buen surtido. Los hay de todo tipo; algunos incluso son buenos para ejercitar la imaginación, como la expresión incluida en la Ley de Convicencia conductas leves perjudiciales, donde debería decir, a poco que uno piense, conductas levemente perjudiciales,  pero lo que más abunda son las "mezclas", esas que intento corregirle a mi hijo: veinte y una en lugar de veintiuna, tras mezclar la palabra en español con el vinte e unha en gallego, o el hibrido guardas surgido de mezclar el español guardia con el gallego garda.  Incluso me he encontrado una expresión que parece haber sido redactada por el propio Conselleiro y que mi hijo identificaría enseguida, un "sonoro" están a desarrollar en lugar de se están desarrollando. No sé si los recortes han llegado a afectar ya al propio personal de la Consellería y es el pobre Conselleiro quien ha de redactar él solito los texto legales prescindiendo incluso de los habituales correctores.

Le pedí al niño que llevara la ensalada al comedor sin haberle revelado el nombre del "mezclador de idiomas", y proponiéndome disfrutar aquella noche de la cena sin  grandes enseñanzas, aunque tal vez debería haber aprovechado la ocasión para enseñarle lo importante que es el rigor; intentar hacer bien  cualquier cosa que uno haga, y también para aclararle algo: " cuando te digo que lo importante es participar aunque no ganes, me refiero a los juegos, no a las cuestiones serias de la vida.  Cuando seas mayor, no aceptes hacer algo que no sepas hacer bien; por respeto hacia ti mismo y hacia los demás".



PD. Alguien ha tenido la amabilidad de enviarme el vídeo al que hago referencia convertido a you tube. Solo se muestra el primer  minuto de la intervención pero creo que es suficiente porque ya se perciben 5 gazapiños. La caras de los periodistas son un poema. Aunque esta entrada se ha publicado hace ya cuatro días os pongo ahora  el vídeo con el nombre que "trae de fábrica".



Jesús Vazquez y sus gazapos


Publicado en La Voz Libre




viernes, 16 de septiembre de 2011

Debe de ser muy triste vivir con tanto odio



Debe ser muy triste vivir lleno de odio.Yo tengo la suerte de ser bastante alegre y optimista, además  he ido aprendiendo a no precuparme en exceso por lo que no es realmente importante; en mi caso: la salud y la felicidad de las personas que quiero. También está la inevitable dosis de sufrimiento que sientes  ante la injusticia o el dolor que afectan a otros seres humanos. A uno de estos seres humanos me voy a referir. Mentiría si dijera que su sufrimiento me duele, pero sí siento una sincera lástima por él.

Cuando abrí este blog podía haber limitado los comentarios a los de aquellas personas que se hubieran registrado previamente; habría sido lo más seguro para evitar la presencia de quienes se refugian en el anonimato para descargar sus ira o sus frustraciones pero, sabía que, por pereza, algunas personas se verían disuadidas de intervenir, así que opté por el "libre total"; eso sí, leo los comentarios y os ahorro los que utilizan la grosería, el insulto o la amenaza, que han sido unos cuantos. Solo en una ocasión publiqué uno de ellos, lo hice porque el caballero en cuestión se estaba volviendo muy reiterativo y se me ocurrió que si mostraba sus palabras, se daría cuenta de que no había conseguido nada más que cosechar antipatías. Funcionó, al menos él, canceló sus visitas. Hoy he recibido uno que me ha animado por fin a tomarme en serio el "libre total". Alguno ha visto el sello de Galicia Bilingüe en la Proposición de Ley que presentamos esta semana y quiere hacérmelo saber. He hecho algunas averiguaciones y, a partir de ahora, ciertas palabras serán  censuradas por  el propio sistema y ese mensaje se borrará automáticamente.

Me vais a perdonar pero voy a copiaros aquí el mensaje recibido, en un principio lo traduje, pero al verlo horas más tarde me di cuenta de que en español está todavía más feo, igual de feo que lo estaría en gallego; en esta lengua en la que ha sido escrito me resulta más lejano y todavía más esperpéntico. No penséis que me ha afectado, en absoluto, ni lo veáis como algo que ensucia este blog; es tan solo una muestra de cómo un ser humano traduce a signos un fanatismo que, a buen seguro, no le deja ser feliz. No sé cual es su edad ni si es hombre o mujer pero, de corazón, le deseo que se cure y que la vida le depare algún  cambio que le regale lo que no tiene:  Paz.

Oh sua filha duma grande puta, Lago da merda. Tenho a certeza que se continuas assim a ladrar, mais cedo ou mais tarde vais levar um balazio nos cornos sua grande cornuda. Compra uma corda e enforca-te seu fese de cao morto. Eu mesmo se pudesse dava-te um tiro nos tomates (se os tiveres!!). Es um ser vivo mas morto pelo que dizes es um falhado da vida. Fuma merda seca seu asquerosa que deve fazer-te melhor a esse cérebro de galinha doente que tens dentro desse crânio de urango tango. Desgraçada que se nom fossem os independentistas deitarem a mao ao mundo andávamos todos à paulada uns aos outros. Miserável nazista, resto de feses secas malcheirosas suicida-te que fazes um grande bem a Humanidade pois es umha estúpida ignorante.

 

jueves, 15 de septiembre de 2011

Una ley para todos





Han sido muchos meses de trabajo y unos días de vértigo ultimando los preparativos presentar este proyecto. Pero ahora ya está aquí. Os invito a entrar y firmar. De vosotros depende que lo consigamos.

http://www.unaleyparatodos.com/

viernes, 2 de septiembre de 2011

!Qué país más raro!





Ya estamos de regreso. Hacía cuatro años que no hacíamos un viaje de verdad, así que este verano hemos levantado la veda viajera y nos hemos ido a Berlín a pasar una semana. Nos ha parecido una ciudad bastante diferente de las que ya conocíamos de Alemania, sobre todo por la mezcla tan refrescante de gentes y por la cantidad de jóvenes que allí viven. Es, sin duda, una ciudad que vale la pena visitar. Además de los enclaves turísticos habituales recorrimos algunos barrios que nos han gustado mucho. En el de Prenzlauer, que antes pertenecía a la zona oriental, pudimos admirar una vez más el merito de un país cuya economía, aún con sus problemas, goza de mejor salud  que la de otros países de Europa a pesar del enorme esfuerzo que ha supuesto la reunificación. Sentímos una sana envidia al ver a parejas de jóvenes restaurando los recios edificios de cuatro o cinco plantas cuyos bajos pintaban o decoraban para poner en marcha nuevos negocios y locales para profesionales; pudimos ver desde logopedas o aparejadores instalando mesas y montando estanterías, hasta dueños de nuevos cafés   adornando con flores las concurridas terrazas que tanta vida les dan a las calles de Berlín. También disfrutamos de un largo paseo pòr el llamado "barrio turco", un mosaico de culturas que se reflejan en las variadas casas de comidas, algunas de ellas decoradas  de forma muy original.
Los numerosos Palacios barrocos tambien merecen ser visitados, me gustaron especialmente los de Potsdam, a 15 minutos en tren desde el centro de Berlín, y el de Charlottenburg en el que tuve ocasión de conocer el lugar donde vivió una mujer que me fascina: Sofía Carlota de Prusia, impulsora de la creación del Observatorio Astronómico y de la Academia de las Ciencias, una mujer del XVIII de mente inquieta y refinada sensibilidad, amante de las artes, de la filosofía y de las ciencias, que tuvo la suerte de ser alumna y amiga de Leibniz.
Lamentablemente el día que íbamos a visitar Dresde me encontraba mal, así que, para no ser una rémora para José Manuel, le dije que fuera él. A su regreso al final del día me dijo que habrá que repetir el viaje  porque aquella ciudad está tan llena de tesoros que es  imposible verla en un solo día.
Mientras él estaba en Dresde, descansé en el hotel hasta media mañana para reponerme y después salí a pasear por la zona comercial de la Ku´damm, uno de los "centros" y lugar muy concurrido de Berlín. Caminando por una de las calles trasversales pasé junto a la zona deportiva de un colegio. Estaba observando cómo habían conseguido convertir un patio de recreo en pleno centro de una gran cuidad en un espacio verde cuando oí algo que llamo mi atención: "Fernando, pásamela". Era uno de los críos que estaban jugando al futbol. Me di cuenta de que algunos niños más estaban hablando en español, así que, me pudo la curiosidad, di la vuelta a la manzana rodeando el edificio y entré en el colegio.

Joan Miró Grundschule, decía el cartel de  entrada. Unos metros más allá un joven profesor me saludó y amablemente me explicó el funcionamiento del colegio. Se llamaba Jaime y era de Andalucía. El Joan Miró es un colegio público bilingüe alemán-español. A él acuden, no solo niños alemanes que quieren aprender el español en profundidad, algo que cada vez interesa más en Alemania, sino también un centro de enseñanza para que los niños que viven en Berlín que son de lengua materna español, no pierdan el idioma de su familia y puedan disfrutar de los beneficios de recibir la primera enseñanza en lengua materna. Los más pequeños estudian en grupos de 24 niños, unos son germano hablantes y otros hispano hablantes. Durante los primeros cursos están juntos en las asignaturas no troncales y los separan en pequeños grupos de 10 o 12 para aprender a leer y escribir en lengua materna. No le dije a Jaime que en algunos lugares de España les acusarían de estar "segregando" a los niños y , como podéis imaginar, ni se me pasó por la cabeza preguntarle si ello les creaba algún problema de falta de cohesión, porque una siente cierta vergüenza ajena al decir estas cosas en voz alta. Si otros hubieran estado en mi lugar probablemente se lo habrían dicho o tal vez habrían señalado que el alemán es una lengua que no corre peligro de desaparecer. Estoy imaginado la cara que habría puesto Jaime, un profesional de la enseñanza para quien lo primero es eso: que los niños tengan la mejor formación posible.
 Hace poco leí en un periódico que el Parlamento de Galicia había organizado un viaje a Mongolia para que una comisión de parlamentarios les explicara a estos señores que viven tal lejos, las similitudes  existentes entre la identidad de ambos territorios. Ya que hay dinero para excursiones podríamos sugerirles un viajecito a Berlín para que pudieran compadecerse de estos "pobres niños segregados", para que pudieran aprender lo fácil que es organizar la enseñanza en lengua materna cuando hay ganas de hacerlo, y también para que vieran la importancia que se le concede en los paises serios, tanta, que aún no siendo oficial se intenta respetarla al menos en los primeros años de escolarización. !Qué país más raro!