Perfil

Perfil de Gloria Lago

Me parece que es la primera vez que escribo sobre mí, pero comprendo que sería casi una desconsideración recibirte en este lugar de tranquilidad y confidencias sin haberme presentado. Creo que este blog refleja bastante bien cómo soy, lo que me entusiasma y lo que más me preocupa. Si te has dado un paseo por él habrás comprobado que algunos datos sobre mi vida privada se han filtrado en sus páginas, sabrás que me gusta la literatura y escribir, que mi medio de vida es la enseñanza - soy profesora de inglés en un instituto - y como me refiero a mi hijo pequeño en la sección dedicada al inglés, habrás deducido que tengo otro hijo mayor. También habrás visto que comparto mi vida con una persona que no solo comparte conmigo la pasión por la defensa de las libertades, sino también el amor a la naturaleza, o el gusto por conocer lugares nuevos, también coincidimos en la afición a la música barroca, la Historia, o el aprendizaje de idiomas. Otras aficiones van por separado: a él le gusta la Física y a mí las estrellas, a mí los hogares con sabor y a él los lugares prácticos con pocos muebles, pero sé que le agrada volver a casa y encontrarla adornada con objetos cuya única función es la de ser bellos. Lo que no menciono en ninguna sección es que es una persona maravillosa, pero lo es.

Todo esto llenaba mi vida hasta que nació Galicia Bilingüe. Han sido ya casi cuatro años de trabajo sin descanso desde que en Julio de 2007 confluimos personas que compartimos un alto respeto por los derechos individuales, que creemos que los poderes públicos no deben inmiscuirse en ciertos aspectos que pertenecen al ámbito privado de las personas, que valoramos la importancia de mimar los principios básicos en una democracia, entre los que también se encuentran los que afectan a los derechos de los hablantes de las lenguas oficiales, cuya vulneración acarrea muchas otras limitaciones a la mejor educación de nuestros hijos, a la libertad de pensamiento. Proponemos que los padres elijan la lengua en la que han de educarse sus hijos, que la Administración sea bilingüe, que no se utilicen los colegios e institutos para adoctrinar en el nacionalismo a los escolares y que se abra la cultura a los creadores en ambas lenguas. La defensa de algo así, que te parecerá tan de sentido común y que se aplica en todas las democracias con más de una lengua oficial, provocó la reacción airada de los que estaban interesados en que las cosas no cambiaran, intentaron difamarnos, nos insultaron y algunos fueron más allá del insulto, pero el partido que quería llegar al gobierno en Galicia, animado por las 100.000 firmas de apoyo a nuestras propuestas y por la fuerza que este movimiento estaba logrando, asumió lo que proponíamos. Ahora gobiernan pero no quieren cumplir lo prometido, así que ahí seguimos, trabajando.

A pesar del comportamiento de los de un lado y de los del otro, os diré que el balance es sin duda positivo; me gusta aprender y he aprendido mucho, aunque no sé si lo aprendido se podrá trasmitir en una sola dosis, si la sociedad gallega estará preparada para conocer la realidad de radicalismo e intereses económicos que he comprobado se ocultan bajo el supuesto amor a una lengua. Habrá que ir informando paso a paso sobre ello mientras seguimos trabajando para lograr nuestros objetivos.

No soy persona que deje las cosas a medias ni me van a disuadir de luchar por aquello en lo que creo y, afortunadamente, el número de apoyos y de personas que trabajan denodadamente cada día para lograrlo crece y crece. Ése es el aspecto más gratificante; haber conocido a la gente con la que trabajo en GB. Nos hemos organizado de tal manera que, además de los que estamos siempre “de guardia”, colaboran con nosotros personas a quienes nada se les exige; cada cual trabaja al ritmo que quiere y en lo que más útil puede ser, por eso el ambiente es tan armonioso. He conocido en estos cuatro años a la parte de la sociedad “que se moja”, personas nobles que ahora puedo llamar amigos, personas que saben que el único beneficio que obtienen es la satisfacción de contribuir a mejorar el lugar en el que viven. Un amigo solía decirme que era una soñadora con tendencia a creer, a confiar. Si alababa esta o aquella organización me advertía, escéptico, que a buen seguro había algo oscuro detrás; ahora puedo decir que sé que eso no es siempre así porque GB es un ejemplo de ello, y que he sido participe de haberla puesto en marcha.

No tengo adscripción política, me gusta ser libre para votar en cada momento a quien crea que va a hacerlo mejor o a quien más lo merezca, porque merecer también es haber demostrado que ser votado no es una afrenta contra la dignidad del que vota. Si algo nos queda es eso. Me preocupa que los partidos con opciones de gobernar intenten mediatizar a la Justicia y amordazar a la prensa con nuestro dinero. Cuando los veo en los informativos del fin de semana en esas convenciones lanzando slogans en lugar de ofrecernos argumentos, ansiando el fracaso del contrario, como una segunda bailarina que deseara que la prima ballerina se cayera en plena actuación para ocupar su lugar aunque toda la compañía se viera desprestigiada y el público defraudado, enseguida comprendo el creciente escepticismo de nuestros jóvenes y me alegro de no haber aceptado las ofertas que me han hecho para formar parte del club de profesionales del poder. No cambiaría una tarde de lluvia escribiendo, una mañana de domingo paseando por el bosque, una charla con personas que quiero y admiro, por participar en esos espectáculos que poco más que atrezzo tienen. Pero me ha tocado vivir ese mundo de refilón y hay que hacer un esfuerzo para que no te empequeñezca. Me preguntaban hace poco si pensaba escribir otra novela. Tenía una a medio terminar cuando Galicia Bilingüe empezó su andadura y se ha quedado ahí aparcada, incluso llegué a preguntarme si el contacto con el mundo de la política habría secado mi capacidad para aislarme en esa vida paralela que vives cuando escribes, si me habrían secado el corazón, pero he comenzado a escribir de nuevo y he comprobado que ese espacio de mí misma sigue intacto. Ahora he tenido la necesidad de publicar este blog que pretende ser una burbuja tranquila para aislarme un poco del trajín de la vida de los debates, del contacto al bies con el triste mundo de los políticos. Desde aquí os contaré de forma discreta pero honesta las historias de los ciudadanos que nos llaman o nos escriben y que no pueden llegar a la prensa porque hay niños en juego, y os trasladaré las anécdotas de este movimiento ciudadano apasionante.