viernes, 25 de febrero de 2011

"La bisha"

Ayer  enviamos una nota a la prensa. Cuando eso sucede vivimos en un torbellino mayor de lo habitual durante dos o tres días. En esta ocasión la noticia contenía además todos los ingredientes para hacer más complicada su elaboración y coordinación: dos impugnaciones por vías diferentes, escritos previos y un damnificado  al que  teníamos que ir informando de los pasos a dar. Gracias al equipo de GB en Ferrol que se encargó de este caso desde el principio, han hecho un trabajo magnífico.  Con todos los datos sobre la mesa me senté el miércoles a escribir la nota de prensa. Grosso modo: Manuel del Valle, un arquitecto de Cantabria  con estudio abierto en Sevilla nos llamó indignado y sorprendido; quería presentarse al concurso para la adjudicación del proyecto de rehabilitación  de la Fábrica de Tabacos de La Coruña y se encontró con que  los pliegos del contrato estaban sólo en gallego; eran 72 folios en lenguaje técnico. Pensando que aquello se podía subsanar llamó al organismo pero  le dijeron que se buscara un traductor: 2000 euriños.
 Después de un mes estudiando las diferentes vías de restitución de derechos que estaban a nuestro alcance y de redactar múltiples escritos, por fin ayer GB presentó ante la UE la impugnación por vulneración de la legislación española y europea y el arquitecto el recurso que deberá resolver la Consellería de Alfonso Rueda. El miércoles, después de haber redactado la nota de prensa, llamé a Manuel del Valle.  Quienes habían estado en contacto telefónico con él me dijeron que se sentía agradecido y apoyado pero yo quería darle las gracias. Tanto él como los 15 padres de primaria que recurrirán el Decreto, como también los padres de Miguel que consiguieron para su bebé la cartilla sanitaria en la que será su lengua materna, están abriendo un camino de recuperación de derechos  por el que más ciudadanos se están atreviendo a caminar. Durante la conversación no hizo falta que recordáramos lo que supone que en España no puedas acceder a la documentación en español para optar a un concurso en el sector público, ni hubo que hablar de las ventajas de vivir en un país moderno en el que el mejor profesional, el que ofrezca las mejores condiciones, pueda acceder a hacer una obra pública sin tener que sortear trabas ilegales; nos centramos más en la anécdota así que me relató parte de la conversación con la empresa adjudicataria dependiente de la Xunta - “cuando les llamé para pedirles que publicaran la documentación en español me contestaron” -elevó un poco el tono de voz- “ ¡de ninguna manera!”.  Cuando me lo dijo no percibí en Manuel indignación sino más bien sorpresa ante aquella negativa materializada de modo tan rotundo. Al oírlo busqué en mi cabeza sinónimos para esa expresión, “de eso nada”, “ni lo sueñe” “ya puede ir usted olvidándose” “¿cómo se le ocurre?”, aunque Manuel es cántabro, como vive en Andalucía probablemente la expresión que le vino a él a la cabeza fue: “no mente usted a la bisha”,  eso es al parecer a lo que  asocia el gobierno de la Xunta  respetar el bilingüismo: a “la bisha”. 
 Hoy le enviaremos a Manuel  el seguimiento de prensa para que conozca la repercusión de la noticia, ayer por la tarde  también llamé a algunos medios de Andalucía, no es que albergara  muchas esperanzas de que lo publicaran pero me pareció una buena ocasión para contarles  lo que está pasando aquí, en la UE también lo sabrán.  
Ayer fue un día largo, era jueves, al peque le tocaba pescadito de cena, su “bisha” particular, le prepare unos spaghetti con carne, que le encantan, para compensarle por  el revuelo de  una  casa con el teléfono sonando toda la tarde. Hoy viernes a descansar un poco y mañana a preparar la conferencia del próximo jueves en Vigo, a los que vivís  cerquita os esperamos. Pero esta tarde el peque y yo haremos una tarta de requesón y fresas, he copiado la receta de uno de mis blogs favoritos, antes iremos al invernadero que hay cerca de casa a comprar alguna planta de primavera; en una palabra: volveré por unas horas al lado más luminoso de la vida, con tanto ajetreo ni me había dado cuenta de que en la calle del Carmen junto a mi instituto, han florecido las magnolias.


Versión en galego

sábado, 19 de febrero de 2011

Marta, una madre que estuvo allí.

Este mes  se cumplen dos años desde el día de la manifestación que Galicia bilingüe celebró en Santiago de Compostela para pedir libertad de elección de lengua. Como muchos recordaréis, sucedió un domingo de temporal un mes antes de las elecciones autonómicas que llevaron al poder al partido que estaba en la oposición. Muchos de sus dirigentes estaban allí caminado bajo la lluvia con nosotros, ocupaban la segunda fila pero alguno asomaba la cabeza hasta conseguir aparecer fotografiado junto a los padres que  sujetaban la primera pancarta. ¡Cómo son los políticos! a veces resultan incluso un poco infantiles. Mirando las fotos de ese día  alguno me recuerda aquellas fotos antiguas  con paisajes o personajes fingidos que tenían un hueco por el que el fotografiado sacaba la cabeza, así un humilde oficinista aparecía posando ante el palacio de Versailles o una tranquila madre de familia se veía como una mosquetera intrépida. Me pregunto  ahora si su expresión de entusiasmo se debía a un mimetismo con el ambiente de emoción que sentíamos  los miles de personas que habíamos logrado llenar la emblemática plaza de la Quintana sin medios, casi con  el boca a boca, sobreponiéndonos a las amenazas de los radicales nacionalistas los días previos y esquivando los  objetos que nos lanzaban a lo largo del trayecto, o  bien si su alegría de debía a la certeza de que aquella exhibición de rebeldía ante la imposición les reportaría unos votos muy necesarios para llegar al poder; además, los informativos  habían ofrecido las imágenes de los sucesos y eso no beneficiaba en absoluto a los que estaban gobernando. Es probable que algunos de aquellos dirigentes se hubieran creído ellos también las promesas  de  Feijoo, pero si su actitud hubiera sido firme y enérgica con el líder de su partido cuando se constató el engaño, tal vez la sociedad civil no tendría que estar reclamando ahora, dos años después de su llegada al poder el cumplimiento de esas promesas.
 Son tantos los recuerdos de ese 8 de febrero, tantas las anécdotas...algún día espero  poder relatarlas. Todavía de vez en cuando alguien nos  escribe para contarnos cómo tuvo que sortear las barricadas con neumáticos en llamas que habían colocado en las entradas a la ciudad, o lo que vivió en algún punto concreto de la manifestación, incluso hay quien guarda como recuerdo una canica de las que habían esparcido los radicales en las escaleras que dan acceso a la Quintana por la puerta de Platerías para que nos rompiéramos las crisma. Lo curioso es que todos  lo recuerdan como yo, como un día especial y bello a pesar de todo.

Una de esas personas es una madre que vive en una ciudad gallega, se llama Marta;  se acercó a nosotros al final de la manifestación para saludar y esa noche nos escribió diciendo que le había  impresionado lo pálida que me encontró y el miedo que percibió en mí.  La semana pasada volvió a ponerse en contacto con nosotros, esta vez por teléfono. La conversación comenzó con unas palabras que oímos  a menudo de boca de los padres: “estoy harta”.
Como muchos otros, Marta le ha comprado a su hijo de once  años  el libro de Conocimiento del medio  en español. La  asignatura todavía solo se puede enseñar en gallego pero Marta  ha comprobado que el niño  aprende mejor las lecciones en su idioma; además ella  prefiere que todos esos términos nuevos los aprenda en español. Esa es otra promesa que se evaporó: poder elegir el idioma de los libros, y mira que lo tuvimos al alcance de la mano, pero tras una reunión con la asociación gallega de editores el gobierno se volvió atrás.  Muchos padres lo hemos hecho de todos modos y hemos encontrado profesores comprensivos pero otros no han tenido esa suerte.  Por las cartas y llamadas que recibimos de los padres estamos comprobando que hay  muchas diferencias entre los colegios. Marta acabó por tirar la toalla cansada de que al niño no le dejaran leer nunca en clase. Si les compras  todos los libros en gallego, sin embargo,  no pasa nada; en muchos, muchísimos colegios e institutos se han repartido gratuitamente o a un  precio simbólico los libros en gallego que quedaron de años anteriores para todas las asignaturas aprovechando la crisis y se usan en clase sin problema.
El derecho a realizar los exámenes y trabajos en cualquiera de los dos idiomas sí está reconocido de forma clara en el nuevo Decreto y el presidente de la Xunta presume de ello cuando lo entrevista algún medio nacional,  pero Marta nos dice que si su niño hace el examen en español le descuentan puntos por las falta de ortografía, mientras que si lo hace en gallego no  se las corrigen y además obtiene puntuación de premio. Marta nos dice que ella y su hijo se sentaron a hacer  cuentas y decidieron que prepararían la materia  en español en casa, y que el examen lo haría “en lo que salga”, si haces números así saca mejor nota, explica, además, al fin y al cabo  todos los niños de su colegio son castellano hablantes y acaban haciendo los exámenes en un chapurreo de las dos lenguas. Pero la tarde en que Marta nos llamó, la profesora le había devuelto  al niño un trabajo que le había costado mucho terminar sin habérselo puntuado porque lo había hecho en español. No le bajaron la nota, sencillamente no hubo nota, como si no lo hubiera hecho, y  Marta explotó. Nos llamaba pidiendo que le dijéramos qué parte del Decreto le reconoce a su hijo ese derecho, había pedido cita en el colegio al día siguiente y estaba decidida a protestar. Se lo enviamos por correo electrónico. Todavía no nos ha dicho cómo le ha ido. Por experiencia sabemos  que a veces los padres van muy decididos  al colegio pero al final no se atreven a dar el paso y en ese caso les da apuro contarlo. Es la paz lingüística de la que presume la Xunta, el silencio de muchos padres que temen  que sus hijos se signifiquen.  Esperaré unos días más para llamarla. Ya os contaré.


Versión en galego