Debería intentar recuperar las horas de sueño que me han faltado esta semana, que ha sido bastante agitada tanto en el instituto como en GB. Además, el jueves a última hora, Jose Manuel y yo nos desplazamos a Santiago para asistir a la entrega de los premios "Gallegos del año" en su XXV edición, y regresamos a casa tardísimo. El Correo Gallego organiza un acto impecable y muy animado. Resultó reconfortante conocer los testimonios de los premiados, su historias de superación y de dedicación a los demás. Como contraste, junto a ellos, en el escenario, estaban Fejóo y el Conselleiro de Educación. O noso Presidente aprovechó su discurso para decirnos que le repugna la corrupción y bla, bla, bla. A mi izquierda, una elegante mujer de unos treinta y tantos, no pudo reprimir una exclamación "Jeta, que eres un jeta". La miré y le sonreí. "Es que me revuelve el estómago" me dijo poco después aprovechando una tanda de aplausos, " y encima se aprovecha del momento, este no es escenario no es momento....". A un par de metros de Feijóo, el Conselleiro lucía palmito. Visto así, de lejos, hasta resultaba mono, con su cabecita muy redondita, que siempre lleva bien erguida como la bolita de un chupa chups, y sonriendo, sonriendo sin parar. Y eso que el pobre había tenido un mal día. Unos estudiantes les habían impedido a él y a Feijóo entrar en la Facultad de Matemáticas para celebrar un acto aquella mañana. El Conselleiro los llamó "fascistas". Estaba indignado y tenía razón.
En las fotos de los violentos sucesos que vi en la prensa reconocí una estética y una simbología que desde hace unos años me resulta familiar. Los fascistas del Conselleiro son un producto fabricado en casa, en casa del Conselleriro, es decir: en los centros de enseñanza gallegos. Algunos institutos son el campo de pruebas de lo que se hace después en las facultades, sobre todo en las de letras. En el mío llevamos unos años con directivas razonables, pero tuvimos una temporada alucinante cuando surgió GB; nuestros tablones de anuncios parecían la paredes de una herrikotaberna, y venían a darles charlas a los alumnos incluso elementos que ahora están condenados por terrorismo.
Los nacionalistas usan los insitutos a su antojo, y como se lo permiten, se revuelven cuando alguien se acerca a "su terreno" para ofrecerles a los alumnos información que pueda desmontar su lavacocos. El martes nos llegaron estos tuits que os acabo de copiar. Se refieren a la difusión que estamos haciendo de nuestro videojuego "Trolas de la normalización lingüística". Estamos repartiendo en la calle unos pequeños flyers como el que adorna este post. Tienen un dibujo de las mascotas de GB, el nombre del juego y los premios. Como podéis imaginar, el primer tuit transmite, precisamente, lo contrario de lo que en él se dice, porque el juego está gustando mucho, sobre todo entre los más jóvenes y, eso, a algunos los pone malísimos de los nervios. En el segundo tuit ya se propone directamente "atajar" el problema. Ambos son del twitter de un tal Adrián R Bravo, que se presenta como Activista político y social. Responsable comarcal de Galiza Nova Vigo (los cachorros del BNG). Miembro del consejo comarcal y local del BNG Vigo. Delegado de personal por la CIG Vigo (el sindicato nacionalista). El hombre las tiene todas. Pero, ya veis, que con toda la cara se queja de que repartamos información sobre un videojuego en la calle, y lo dice el responsable de unas organizaciones que aplauden el lavacocos nacionalista dentro de las aulas, en las aulas, donde los chicos no tienen más remedio que tragar. Se queja, nada menos que un responsable de organizaciones que llevan a los chavalillos al Correlingua en horas lectivas y que, hace unos días, presumían en el mismo medio de haber repartido esto, y es sólo una pequeña muestra del ingente material que continuamente distribuyen por los institutos.
Un día después de haberse publicado estos tuits, me llamó una periodista de La Voz de Galicia. Me dijo que se han recibido quejas de padres porque hemos repartido "panfletos" de GB en el Instituo O Castro, de Vigo. Después me aclaró que las quejas se limitaban a varias llamadas telefónicas al periódico. Curiosamente sólo les habían llamado unos supuestos padres de alumnos de sólo uno de los muchos institutos de Galicia. Será que andan poco avispados los comisarios nacionalistas de los otros centros. Le aclaro a la periodista lo que hay que aclarar y publican esto. El mismo día, los medios le preguntan al Conselleiro en el Parlamento si es verdad lo que publica La Voz y, Don Jesús, en un alarde de sinceridad que le honra, aclara que en la calle existe libertad de expresión y que no se ha recibido queja alguna. El mismo día, en la tele de La Voz vuelven a sacar el asunto con imágenes del juego y entrevistas a los alumnos a las puertas del instituto. Afortunadamente, los chavales reaccionaron con bastante madurez y sentido común a sus preguntas; ante semejante revuelo, podrían haber llegado a pensar que nuestro repartidor era poco menos que "El hombre de la gabardina".
Alguien debería explicarles a los talibanciños el significado de la palabra contención: acción y efecto de contener, reprimir o moderar una pasión. Aunque GB sea para ellos como un kilo de solomillo para las pirañas de un estanque, hay que tener un poco de cabeciña, y es que nos han hecho una publicidad impagable del juego; si antes tenía éxito, desde el miércoles es un no parar. No tengo más remedio que darle la razón al comentarista de este blog que siempre les dedica la misma frase: si son más tontos chupan bombillas.