Ayer, mientras en mi instituto nos preparábamos para acudir a la comida de despedida de una profesora que se jubila, en otra calle de Vigo una policía de 36 años perdía la vida en acto de servicio. Esta mañana estuve en la capilla ardiente instalada en la Comisaría de Vigo; les estoy muy agradecida tanto a la Policía Nacional como a la Guardia Civil por su dedicación al protegernos tantas veces..., y con tan pocos medios. Quería acercarme para mostrarles mi respeto y mi cariño ¡Qué menos!. Desde el lado oscuro no han faltado las salidas de tono y las bromas de mal gusto en relación a la muerte de esta joven policía. No pierden ocasión estos malvados de mostrarse como son. Para ellos, no era más que una policía española o... espanhola, que estos se expresan según la rama a la que están adscritos, o más bien, habría que decir según la rama a la que están encaramados.
Además de los topónimos, intentan que otras palabras también pasen a mejor vida a base de convertirlas en políticamente incorrectas. Lo fetén es decirlas en gallego aunque estés hablando en español. No sé si este mismo fenómeno de la palabra mutante se da en Cataluña o Baleares, pero en Galicia, a este paso algunas acabarán en el baúl de los recuerdos. Ayuntamiento es una de ellas. En radio prácticamente solo se oye ya "concello" y en prensa escrita la cosa va por el 50/50. Las diputaciones van camino de convertiste en "deputaciones", y los presupuestos en "orzamentos". Otro tanto les sucede a las Consejerías/ consellerías. De Hacienda, de Sanidad, o de Trabajo ya no tenemos. Las facultades han corrido la misma suerte. Os muestro algunos titulares a modo de ejemplo, podéis comprobar en internet que lejos de ser una rareza, son lo habitual.
"Luis Miguez Macho, nuevo decano de Dereito en Santiago", "Concello y Diputación asfaltan los pavimentos en la zona de O Castro". "La Conselleira de Facenda convencida de que no habrá más multas por las pensiones no declaradas", "La comisión de Sanidade descarta incluir el centro de O Hío en los orzamentos".
Hace un par de meses vi uno muy divertido, tenía cinco palabras en español y tres en gallego, y si les añadimos los topónimos galleguizados, el híbrido es aún más epatante. Por cierto, que al actual O Hío le han pegado la O por la cara, los paisanos de la parroquia aseguran que siempre se llamó Hío, y en cuanto a O Castro, cuando yo iba de niña a merendar allí, se llamaba El Castro, y el mismo nombre tenía cuando eran niñas mis abuelas.
Hace un par de meses vi uno muy divertido, tenía cinco palabras en español y tres en gallego, y si les añadimos los topónimos galleguizados, el híbrido es aún más epatante. Por cierto, que al actual O Hío le han pegado la O por la cara, los paisanos de la parroquia aseguran que siempre se llamó Hío, y en cuanto a O Castro, cuando yo iba de niña a merendar allí, se llamaba El Castro, y el mismo nombre tenía cuando eran niñas mis abuelas.
En el sector de la Educación pública asistimos a la gestación de otra hilarante variante del galiñol. Por si no lo sabéis, la Xunta ha decretado que el gallego sea la única lengua de la Administración educativa y que hay que darle visibilidad. Si a eso le sumamos las miraditas y recomendaciones del profe de la causa, que estos salen de casa cada mañana resueltos a normalizar a alguien, el resultado es que gran parte del personal de los centros se toma al pie de la letra esto de hablar gallego en los claustros, en las reuniones de seminario y en las evaluaciones, situaciones en las que los alumnos, obviamente están ausentes, o sea que está claro que de lo que se trata es de imponer por placer y punto pelota. Algunos profes siguen las pautas como si Gran Hermano los estuviera vigilando. Están hablando contigo tranquilamente en español de Spain y en cuanto empieza la reunión ¡Zás! como si les hubieran activado un interruptor, se ponen a falar. Más de una vez me he encontrado en el casillero una nota de un compañero con el que siempre hablo en español dándome un recado escrito en gallego con un cantoso grazas como colofón. ¿Que os parece una tontería? A mí también. Por eso yo sigo hablando en gallego con los profes que así lo hacen porque me da la gana, porque me gusta, pero nunca lo utilizo cuando veo que la gente lo usa como un ritual, y estoy comprobando que el buen ejemplo cunde porque cada vez más profes dejan de hacer el teatrillo. Sin embargo, lo que sí consiguen modificar es el vocabulario del personal en los centros. No el de todos pero sí el de muchos, yo diría que el de la gran mayoría.
Es casi imposible encontrar un documento en español en un instituto, y los indicadores se tiraron todos a la basura. Ya no tenemos conserjería, ni plantas, ni Jefe de Estudios y, oficialmente, no hacemos guardias de pasillo, ni somos tutores, ni se da clase de Biología o de Geografía, que eso ya no es fashion. El galiñol, esa jerga absurda y poco seria para ser usada por unos docentes va camino de convertirse en lo políticamente correcto en los centros. Si pones la oreja podrías oír a una filóloga hecha y derecha decir: "Ahora tengo guardia de corredores, me voy al segundo andar que en 1º D de Bacharelato falta la profesora de Xeoloxía; voy a ponerlos a estudiar y así preparo los boletines de mi titoría, que tengo que darles las notas de la avaliación".
Todo esto es una tontería tan requetetonta como la de los topónimos, y en el fondo busca el mismo fin, pero solo dejará de funcionarles si la gente deja de sentirse intimidada y hace lo que realmente le apetecería hacer, es decir: lo mismo que hago yo. A ver si cada vez se animan más, es cuestión de que descubran lo divertido que es y, sobre todo...lo bien que te sienta.
Es casi imposible encontrar un documento en español en un instituto, y los indicadores se tiraron todos a la basura. Ya no tenemos conserjería, ni plantas, ni Jefe de Estudios y, oficialmente, no hacemos guardias de pasillo, ni somos tutores, ni se da clase de Biología o de Geografía, que eso ya no es fashion. El galiñol, esa jerga absurda y poco seria para ser usada por unos docentes va camino de convertirse en lo políticamente correcto en los centros. Si pones la oreja podrías oír a una filóloga hecha y derecha decir: "Ahora tengo guardia de corredores, me voy al segundo andar que en 1º D de Bacharelato falta la profesora de Xeoloxía; voy a ponerlos a estudiar y así preparo los boletines de mi titoría, que tengo que darles las notas de la avaliación".
Todo esto es una tontería tan requetetonta como la de los topónimos, y en el fondo busca el mismo fin, pero solo dejará de funcionarles si la gente deja de sentirse intimidada y hace lo que realmente le apetecería hacer, es decir: lo mismo que hago yo. A ver si cada vez se animan más, es cuestión de que descubran lo divertido que es y, sobre todo...lo bien que te sienta.
Feliz semana amigos. Sed felices.
Podéis enviar vuestros comentarios pero hasta hoy a las 20.00 aprox no podré publicarlos. Un abrazo.
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