sábado, 16 de septiembre de 2017

El jueves entregamos la Ley de Libertad de Elección Lingüística en el Congreso




Esta foto es del jueves. Ahí estoy con compañeros de "Hablamos Español", justo antes de entrar en el edificio del Congreso de los Diputados, para registrar la proposición de ley que hemos elaborado. "Ley de Libertad de Elección Lingüística". Cuánto sentido común y justicia hay tras este nombre y ,qué vergüenza tener que pasarnos este trabajiño los ciudadanos de a pie para lograr que se apruebe algo tan sensato y respetuoso con los derechos de todos. 

Os voy a dejar un enlace desde el que podéis ver lo que hemos hecho, y cómo hemos crecido durante los dos meses transcurridos desde que presentamos la nueva asociación. Ya tenemos el apoyo de 36 entidades de todos los colores, desde Ágora Socialista, hasta Sociedad Civil Catalana. También nos apoyan conocidos intelectuales y prestigiosos académicos. 

Ahora los letrados del Congreso elaborarán un informe en el que dirán si esta ley se puede tramitar como Iniciativa Legislativa Popular y, a continuación, la Mesa del Congreso decidirá si la admiten a trámite. Me preguntaba un periodista de El Español a la salida del registro, si se trataba de  una decisión "política", y yo le contestaba que en parte sí lo era, pero que los ciudadanos estábamos en cierta medida protegidos, porque aunque el informe de los letrados no es preceptivo, la Mesa no puede hacer lo que le venga en gana o, al menos no debería hacerlo.

Lo dicho, os dejo en enlace, pero antes anotaré aquí los nombres de las personas que integran la Mesa del Congreso, creo que no está mal que veamos y sepamos quienes van a decidir si podremos iniciar el trámite para llevar la Ley de Libertad de Elección Lingüística al Parlamento    .

Presidente: Ana Pastor Julián. Partido Popular

Vicepresidente Primero: José Ignacio Prendes Prendes. Ciudadanos

Vicepresidente Segunda: Micaela Navarro Garzón. Partido Socialista

 Vicepresidente Tercera: Rosa Romero Sánchez. Partido Popular

Vicepresidente Cuarta: Gloria Elizo Serrano. CUP-EC-EM

Secretaria Primera: Alicia Sánchez Camacho Pérez. Partido Popular

Secretario Segunda: Juan Luis Gordo Pérez. Partido Socialista

Secretario Tercero: Marcelo Expósito Prieto. CUP-EC-EM            

Secretaria Cuarta: Patricia Reyes Rivera. Ciudadanos

VER NOTICIA Y LISTADO DE ENTIDADES QUE APOYAN

Nada mas, amigos. Que disfrutéis del fin de semana. Si queréis comentar, os invito a hacerlo a través de la página de Facebook de GB, que tengo muchísimo trabajo. Además de atender estas cuestiones de activismo lingüístico, como este curso soy Jefe de Departamento, tendré que pulir la programación durante el fin de semana. 

Por cierto, si alguien de la Consellería visita el blog, que sé que lo hacen, les recuerdo que nos falta un profesor de inglés. Repito: SOS, estamos cinco de los seis profes necesarios para cubrir los cursos. IES San Tomé de Freixeiro, de Vigo. ¡Que el lunes empezamos las clases!. A ver. Y dejen de decir trolas en la prensa, que les va a crecer la nariz. 600 alumnos en mi instituto y no tenemos auxiliar de conversación, que eso del "Edulingüa" solo es una realidad en la mente del Conselleiro. A ver, ¿hay alguien ahí?. En fin. Déjalo Gloria que te haces mala sangre. Un abrazo, amigos, hasta el próximo sábado, que el país os sea leve.




4 comentarios:

  1. Sentido de la oportunidad.

    Estando el blog apagado (o fuera de cobertura) para todos aquellos frenéticos aulladores de las miserias patrias que asolan nuestra querida realidad plurinacional y mientras intentamos clamar en el desierto de nuestra desesperación, donde una semana sí y otra también lanzamos nuestros patéticos mensajes al viento huracanado de una realidad que nos atropella (y huérfanos de un medio que nos dé cobertura), aprovechemos la coyuntura, ahora que nadie nos escucha (ya que de otra forma no tendría yo valor para hacerlo) para criticar el alzamiento catalán y a su guardia de corps (los populistas de podemos) y de esta forma expresar nuestros más negros presagios y sacar a relucir a nosa maís insospeitábel inquedanza. El golpismo catalán (y no los defensores de la libertad que aparecen en la foto) han sido los protagonistas de esta semana negra, de esta semana trágica española. La realidad objetiva es que a perro flaco todo son pulgas. Y mientras estas evidencias de descomposición de una sociedad se producen, el grupo de voluntariosos activistas, de esforzados luchadores por la causa de la libertad, presentan ante lo que queda de los restos del naufragio (léase Parlamento Español) un escrito para defender lo que en un país normal sería indefendible, porque se daría por hecho: el estado de derecho. Estado de desecho es lo que parece venir a la vuelta de la esquina. Poco importa que el idioma común esté pisoteado en buena parte de España, cuando tenemos enfrente un tornado, que tiene pinta de no degenerar en tormenta tropical, barriendo todo lo que recuerde a España, el idioma incluido, en una región que lleva tiempo vulnerando la legalidad y la realidad. Pero claro, hay una cosa que se llama sentido de la oportunidad. E insisto, a mí no me gusta criticar, pero con la que está cayendo, con el golpe de Estado catalán en plena ebullición, con los nacionalistas desatados, los populistas lanzados en plena vorágine autodestructiva hispana, van los bilingües y montan un aquelarre en la capital mesetaria y no ha venido a verlos ni el Tato, y bien que lo siento. No tiene uno por costumbre ver las televisiones podemitas (en realidad en España todas las televisiones son podemitas), pero imagino que la presentación de firmas ante un Congreso que está siendo ninguneado por una comunidad autónoma, habrá tenido menos repercusión que la petición de un padre para que su hijo estudie español en Cataluña, en la emisora del golpismo con retranca, más conocida como TV3. Es decir, ninguna. Que ya lo sabemos, la intención es buena, pero los resultados no han sido los esperados. Y es que vivimos en un país raro, vivimos en un país donde hablar un idioma como el español tendría que ser una bendición para cualquier persona, pero por desgracia, el amor a una bandera, a un pasado heroico y a un idioma que nos acerca a millones de seres humanos se considera una aberración, algo de lo que huir con la cabeza gacha.
    En Cataluña se ha desmantelado el estado de derecho. Llevan años saltándose a la torera las leyes, verbigracia las educativas, no se respeta el pasado que nos une, el idioma común ha sido borrado de calles y plazas y ha calado el mensaje del miedo, de que el que defienda a España es un mal catalán. Mientras vemos a un gobierno incapaz de hacerse respetar en un territorio declaradamente hostil, siendo su única preocupación hacer encaje de bolillos para intentar aplacar a los nacionalistas violentos (y todo nacionalista lleva un violento dentro, ya que sin violencia no habrá secesión) sin usar la ley para meterlos a todos en la cárcel.

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  2. El gusto por el melodrama, tan propio de estos españoles que están como locos por dejar de serlo, nos augura jornadas llenas de incertidumbre. La falta de empatía con la realidad, el odio a todos los que se le oponen, nos lleva a pensar que el problema es irresoluble. Han conseguido convertir la antaño celestial y acogedora Cataluña, con sus impagables pueblos mediales, con sus arrebatadores arenales, con sus recónditas cumbres pirenaicas y con una gastronomía primorosa y unos caldos insuperables, en una región infernal y odiosa. Ojalá se cuezan en su propia salsa (romesco, si us plau).
    Somos espectadores de primera fila de un proceso despiadado, de un vendaval endemoniado que pretende acabar con siglos de convivencia, falseando la verdad, construyendo una realidad paralela, fruto de un odio galopante, cocido durante siglos de amnesia parsimoniosa y desenfrenada dejación. El muy honorable Carles encarna a la perfección el papel de villano que está dispuesto a morir en el intento (de forma metafórica, claro) con tal de pasar a la posteridad como el President que proclamó la independencia. En esta guerra fría entre el hijo rebelde y la metrópoli paternalista la tensión es indescriptible. Como en el Far West, el que desfunda primero tiene grandes posibilidades de salir vivo del trance. El que se queda rezagado, morirá en el intento. ¡Y qué quieren que les diga!, pero si tiene que morir alguien en este desafío, que sea Puigdemont.
    La dudosa moralidad de una clase dirigente que es capaz de arrastrar a su pueblo a un futuro incierto, refleja la pasta de la que están hechos estos nacionalistas. Se ha partido una región española por la mitad, se han roto lazos familiares, económicos y lo que no tiene nombre, es que tratando de alcanzar el sumun de sus deseos van a encontrar la peor de sus pesadillas. La realidad, la triste realidad, es que a los catalanes se les está ocultando lo que les espera. Y lo que viene, se han cansado de repetirlo destacados economistas es: deslocalización de empresas, inflación, paro y aislamiento. Una atmósfera enrarecida envuelve el “prucés”, desde la memorable defensa de España por parte de gente anónima y expuesta a la consiguiente violenta reacción del tarado de guardia separatista, hasta la de esas personas, por llamarle algo, que toda su vida han vivido a costa del presupuesto español y ahora se vuelven en su contra. En este sainete brilla por su ausencia la mayoría silenciosa (o silenciada), incapaz de hacer frente a cuarenta años de adoctrinamiento, amedrentada por el discurso del odio imperante y lo que es peor, abandonada por el gobierno de la nación y los partidos políticos. La gran masa de ciudadanos catalanes son ajenos a esta locura secesionista, pero ayunos de medios que los respalden, olvidados por una nación que mira para otro lado, intentan nadar y guardar la ropa.
    La vehemente irrealidad del nacionalismo no ha sido puesta en entredicho desde el otro lado de la barrera. Durante años, siglos habría que decir, se han consentido todo tipo de desafueros. Y ahora nos vemos obligados a curar el cáncer del nacionalismo con aspirinas jurídicas, mientras Puigdemont y sus adláteres se ciscan en el estado de derecho. Estado de desecho, es lo que dicen que somos desde Cataluña, y a fe cierta que lo seremos si el 1 de octubre el gobierno no consigue paralizar en seco esa mascarada de referéndum, que no es más que la enésima humillación que sufrimos los españoles. Es de suponer, que el presidente de Gobierno, al que tanto se le llena la boca anunciando que no habrá referéndum, no tendría más remedio que dimitir si lo hubiera o hubiese. Lo que me temo, es que al final habrá referéndum y el gobierno no tomará ninguna medida contundente contra sus impulsores y lo que es peor, pretenderá seguir gobernando.

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  3. Se inicia una época inquietante. España amanecerá el 2 de octubre como un país que es incapaz de frenar a los que la atacan. Definitivamente el nacionalismo se nos ha ido de las manos. Lo importante ahora no es defender la lengua española en territorios irredentos, hay que defender la ley, luchar contra el delito y perseguir a los nacionalistas (perdón, quería decir a los delincuentes, valga la redundancia). Pero también existen muchos delincuentes que hablan español y que lamentablemente odian el país que los vio nacer. Todos los representantes de podemos y muchos del psoe son cómplices del nacionalismo. Insisto, el problema de España no es el nacionalismo golpista, que también, lo que da alas al glorioso (con perdón) movimiento nacional catalán es una izquierda española indigna de tal nombre. De española, quiero decir.
    Y he dicho.

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    1. Así es, por desgracia en España la izquierda en general, ha sido y es antiespañola, siempre ha odiado a España, a su propia nación. Por eso no es de extrañar la complicidad y la ambigüedad de la izquierda en general con el tema del golpismo separatista en Cataluña.

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