sábado, 11 de abril de 2015

Me habría quedado en Paris



De buena gana me habría quedado en Paris. Lo habitual es que después de diez días de viaje me apetezca volver a mi mesa para escribir junto a la ventana; a mi cama, a los arbolitos del parque, a mi sopa, y al tocador del  dormitorio con todos mis potingues en fila de a dos. Pero esta vez, no imagináis la pereza que me dio bajar del avión, alejarme de los exquisitos pasteles, de las mousses y patés, de  los vol-au-vents, de les chaussons aux pommes que tomaba a pares, de Ladurée, de los maravillosos bombones, de la tienda de Guerlain en los Campos Elíseos, de los conciertos, y de la paz y la pasión de los cementerios de Paris.

Pero, en fin, aquí estoy, una semana después y casi recuperada de esta ruptura con el lado chic y sibarita de la vida. Los que seguís mi blog, sabéis que en Semana Santa solemos ir a Viena, pero esta vez, el programa de conciertos parecía haberlo hecho alguien cuyo gusto está alejado del nuestro, así que cambiamos de rumbo y pasamos diez días estupendos de tranquilidad, belleza, música maravillosa, y cosas ricas en Paris. Os dejo algunas fotos, no he hecho muchas, la verdad es que no suelo fotografiar lo más habitual, sobre todo porque hay mejores fotos de lo mismo en internet. Os agradeceré los comentarios que queráis enviar pero en este post prefiero no publicarlos, a partir de ahora abriré a comentarios sólo algunos posts, tal vez uno de cada dos, ya veremos como va la cosa; he de ponerme a escribir algo que tengo pendiente, y el tiempo libre de los fines de semana resulta fundamental para mí.
Bien hallados, amigos. Un abrazo a todos y feliz semana.

Resulta complicado encontrar un buen hotel a buen precio en Paris. El hotel Les Plumes acaba de abrir; está a diez minutos caminando de la Plaza de la Opera y es bastante coqueto. Cuatro estrellas a un precio razonable, teniendo en cuenta lo caro que es el alojamiento en París. Oí a algunos huéspedes comentar a la hora del desayuno que el buffet no les parecía completo; no era el mejor que he visto, pero me pareció sobradamente completo para desayunar bien. Hice una foto en el pasillo que llevaba a nuestra habitación. El hotel está en un edificio antiguo remozado y decorado con motivos que recordaban a una antigua biblioteca.

Haced clic si queréis ver las fotos. No se publican comentarios a este post.





   La zona para desayunar era pequeñita pero acogedora y daba a un patio adornado con plantas


                                            Entrada por Rue Lamartine, junto a Rue La Fayette


Una mesita de nuestra habitación después de varios días comprando bombones.
 Los que están en estas cajitas y bolsas son los mejores que probamos

                                           
                                                 Bombonería de Maxim´s. Muy buenos.


                                             
                                               

                                                   Bombonería Pierre Hermé. Buenísimos



                
                  À la Mère de Famille. Muy ricos, sabor a chocolate bueno de toda la vida




                       Patrick Roger. Me parecieron los mejores. Ahí tenéis a José Manuel ante la tienda que tienen en el agradable barrio de Saint Germain. La mayoría de las bolsas sobre la mesita en el hotel son de esta tienda.
                

                                     

,                           El interior de la bombonería, cada pieza es una pequeña joya


                   Mirad qué cosa más rica; aún nos queda alguno, me los voy racionando.




Además de satisfacer el paladar, también callejeamos mucho por zonas menos transitadas por los turistas, aunque hubo tiempo para volver al Museo d´Orsay, que me gusta mucho, y también nos acercamos al Louvre, pero fuimos por la tarde para escapar de la avalancha. Esta era la entrada por la tarde, imaginad cómo estaría por la mañana.




Le hice esta foto a la gente que intentaba fotografiar la Giocconda. De locos.


Cementerio de Montparnasse. Muchos personajes conocidos están enterrados aquí, pero lo que más me llamó la atención fueron los epitafios y los adornos de las tumbas de las personas de a pie. Había frases bastante apasionadas y objetos personales sobre las lápidas, adivinabas la tragedia que había rodeado algunas de las muertes. También me pareció curiosa la disposición de las flores, alejada del primor estético de los franceses. Las tumbas de los seres queridos están inundadas de flores de todos los colores sin combinación cromática estudiada, también hay plantas e incluso pequeños árboles en macetas. Pareciera que quisieran reflejar el desorden del dolor. No les hice fotos por respeto a la intimidad de las familias, tan sólo he tomado estas imágenes de personajes más conocidos.


Fijaos qué curiosa es la tumba de Charles Pigeon, está medio sentado en su cama, junto a su esposa.


Esta es la tumba de uno de los periodistas de Charlie Hebdo, en el impresionante cementerio de Père Lachaise, está siendo muy visitada.


La tumba de Chopin y las de otros muchos compositores, como Rossini, y escritores, especialmente la de Oscar Wilde, todavía tienen flores frescas y velas recién puestas









             En el Panteón, cerca de la tumba de Voltaire, se encuentra la del Abad Henry Gregoire, que no parecía compartir las reclamaciones lingüísticas de los "defensores" de lenguas minoritarias, por no hablar del caso de uno de sus coetáneos, el "occitano" Bertrand Barère quien, según nuestros normalizadores, sería una víctima del "autoodio".



          De nuevo en el mundo de los vivos. He estado en confiterías maravillosas, pero solían estar llenas de gente, así que sólo he podido fotografiar alguna más tranquila.



Gracias a petits-choux como estos, he vuelto con 800 grs. de propina, llevo una semana a dieta.


Un tienda de delicatessen cerca de una de las iglesias más bellas y cargadas de energía de Paris, la de San Eustaquio. Mirad que cosas más ricas


Estas vieiras rellenas no son de una tienda de Paris, sino de un puesto del mercado de Versalles. Su dueño me dio la receta, la probaré.




                  Pescadito y marisquito del mercado. Los precios, muy similares a los nuestros



En Versalles estuvimos dos días. Teníamos entradas para dos conciertos en la Capilla Real. Un lujazo. Magníficas interpretaciones de El Mesías y la Pasión Según San Mateo. Tal vez lo mejor del viaje. (la foto no es mía)



En París también pudimos ir a un concierto en la Philharmonie, el recién inaugurado auditorio. Magnífica acústica y, además,  para todos, no importa que hayas comprado una localidad cara o la más barata, visibilidad 100%.


He dejado para el final este capricho. Ladurée. Fuimos a merendar y volvimos al día siguiente para comer. Entre otras "gourmandises" me tomé un vol-au-vent que estaba de pecado.




Esta es parte de la tienda, donde puedes comprar estas cosas tan exquisitas para llevártelas, pero los pasteles no saben igual si no los tomas allí, en el elegante y acogedor comedor, es como tomarte  el marisco en Galicia junto al mar o llevártelo en un tupper a Canarias.


                                             El pastel favorito de José Manuel: "Tentation". Vas pasando en segundos de  un sabor a otro Hmmmmmmmmmmmmm


     Y este es el mío, Saint-Honoré de frambuesas y rosas. Se me saltan las lágrimas al recordarlo. ¡Hala, ahora a ahorrar otra vez!

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