sábado, 25 de febrero de 2017

La Xunta quiere crear un hábitat para los neofalantes





Ante todo, tengo que deciros que estoy en Inglaterra. Creo que es importante adelantaros esto. Anoche publiqué en el blog el vídeo que elaboramos en Galicia Bilingüe sobre la elección de lengua en otros países. No había planeado regresar al blog hasta dentro de unos días, pero esta mañana  cometí el error de fisgar en la prensa digital española mientras desayunaba, y me encontré esta foto ilustrando una noticia peculiar. En casa este tipo de cuestiones las voy digiriendo, integradita como estoy en el paisaje y el paisanaje, pero cuando me encuentro lejos, sobre todo en mi querida Inglaterra, la digestión se me resiste; ni echando mano de los remedios de Boots lo proceso. Intenté desahogarme con Jose pero no me siguió la corriente, cortó el asunto de cuajo con un no sé qué, una cuasi petición de que no le recordara las anormalidades patrias que estaba en otra onda. Sólo me quedáis vosotros. Os pongo el enlace y previamente os resumo:

El Partido Popular de Galicia acaba de proponer en el Parlamento una iniciativa que ha sido aprobada y cuya finalidad es poner en marcha acciones orientadas a apoyar a los jóvenes que aún habiendo sido educados en español, adoptaron el gallego como lengua habitual. Estas personas han sido clasificadas bajo el nombre de:  neofalantes. Las acciones, o medidas, o lo que sea, irán encaminadas a proteger e incentivar a estos neofalantes para que sirvan de modelo a los jóvenes. El parlamentario del PP que defendió la propuesta, dice que hay que reconocer el esfuerzo que hacen estas personas que dejan su lengua materna para fomentar el símbolo de identidad de su cultura, que hay que darles visibilidad, premiarlos, y no sé cuántas cosas más. Ah, y lo más importante: hay que crearles un entorno adecuado para que no dejen ese idioma. Es decir, que planean fabricarles un hábitat, obligando a los demás a hablar la lengua objeto de la neofalación para que no dejen de neofalar movidos por el mal ejemplo que dan sus conciudadanos que se empeñan en hablar español.

O sea que los que se cambian al español son unos renegados pero los que dejan su lengua materna por el gallego merecen ¿un premio? ¿cómo van a apoyarlos? ¿alguien lo sabe?. Razón aquí.
Nada más, amigos, me vuelvo a England, que con Brexit o sin él sigue siendo un país que me da mucha paz. Dentro de unos días volveré al mío, al que quiero aunque sea tan raro. 

Lo siento, imposible publicar comentarios. 

2 comentarios:

  1. Recién llegada al hotel, vi que me esperaba el mensaje de un amigo advirtiéndome de que faltaba la r de "crear" en el titular de esta entrada que publiqué por la mañana antes de marcharme, así que entré en el blog para corregirlo, y me encontré cuatro comentarios que me habían enviado. Suele suceder aunque advierta que esa semana no podré publicar ninguno; pero ya que ando por aquí, por las tripitas del blog, os los voy a publicar. Así veis cómo respiran nuestros talibanciños, que son como los osos amorosos. De cuatro, tres son suyos. Un abrazo a todos


    Me parece un desastre. Con un punto multiculturalista (potenciar lo que nos separa en vez de lo que nos une) Y un punto sumiso (gustar al nacionalismo... no es el camino) Una chapuza, la verdad. Emociologías http://pajobvios.blogspot.fr/2016/12/emociologias-el-libro.html

    Unha boa ocasión para ficares na Inglaterra xenófoba do BREXIT e non voltares nunca máis á Galiza. En

    Los bilingües lo que tenéis que hacer es iros a esos países en donde se puede elegir para escoger allí la lengua que queráis para vuestros hijos

    Adolf tampoco publicaría comentarios

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  2. Gobierno de neofalantes.

    La conclusión irrefutable a la que uno llega sin mucho esfuerzo viendo las ocurrencias que jalonan el devenir de ciertos consigliere de la Junta es que el ejecutivo gallego, definitivamente, ha perdido el norte. El desprecio insultante que sienten por este pueblo crece por momentos y el ardor nacionalista alcanza cotas difícilmente superables. Es el precio a pagar por rendir pleitesía a los que se sienten gallegos de primera, frente al resto de la población, que parece que debemos pedir perdón ante la ubicua presencia del idioma gallego.
    No podemos ser complacientes con el statu quo que vivimos, ni dejarnos llevar por la sempiterna melancolía, ni ser sometidos por manipulaciones emocionales, tenemos que ser claros y concretos, y dado que carecemos de genes totalitarios el único sitio donde podemos mostrar nuestra discrepancia es ante una urna. Los tiempos son llegados y es hora que los que no comulgamos con las ruedas de molino que nos quieren imponer estos nacionalistas sobrevenidos, les paremos los pies donde más les duele: el desgaste político, el oprobio del votante, la sonrojante pérdida de influencia y al final el puro y duro ostracismo. Estamos cansados con la amable intransigencia con la que nos quieren imponer un idioma irrefrenable. Somos personas y no sujetos de experimentación de un laboratorio lingüístico en el que unos frustrados pretender dar sentido a su infausta existencia.
    El mal endémico de Galicia, nacionalistas aparte, lo forman aquellos que carentes de principios, huérfanos de ideas y traumatizados por una historia mal contada aspiran a redimirse encontrando el Santo Grial de la galleguidad. Pierden el tiempo los que intentan llevar el agua del nacionalismo a su molino. Cada día buscarán actos más heroicos para dar visibilidad a estos nuevos hijos de Breogán. Yo les prepongo organizar el día del Orgullo Neofalante, en que decenas de carrozas ataviadas con los colores corporativos galaicos desfilarán por la Plaza del Obradoiro mientras suena el Himno Gallego. También podrían implantar el día de la lengua clarividente versus lengua menguante, en el que niños del otro lado del charco, abjuran de su español natal y hacen profesión de fe de la neolengua. Ya lo dicen en Brasil, el gallego es la lengua del futuro. Y siempre lo será. Y como broche de oro triunfal les propondría bautizar a nuestro aeropuerto siciliano con el nombre de nuestra poeta más universal. ¿No me negarán que no es una idea brillante?
    Los raros no somos los gallegos, los raros son estos consigliere que no hablan ni han hablado gallego en su vida (salvo de cara a la galería), que hacen dejación de sus obligaciones, que anteponen a un pueblo milenario los caprichos de una minoría, que ni sienten ni padecen por sus ciudadanos y que se mueven por la vida con la suprema determinación de una total falta de respeto por aquellos que les han votado. Dios los confunda. La única conclusión que saco de las descabelladas teorías lingüísticas de la Junta de Galicia, es que los neofalantes tienen pito y las neofalantes tienen vulva. Y tal como anda de revuelto el patio hispano, parece que ni eso es opinable.
    Hace unos días se descubrió que una novela aparecida en 1852 y hasta la fecha sin creador conocido, fue escrita por el autor de “Hojas de hierba” (1855). Con su permiso acabo haciendo mía una de sus muchas y memorables frases:
    “A mi juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente más tiempo en paz”.
    Walt Whitman (1819 - 1892)

    Amén.

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