¡Bienvenido Sweety!

Desde que se murió nuestra perrita Lara, no había vuelto a tener una mascota. Me dice Jose Manuel que me disgusto demasiado cuando les pasa algo y que, además, con nuestro ritmo de viajes no es aconsejable que tengamos un perro. Creo que tiene razón. Ahora me consuelo dándoles mimos a los que me encuentro paseando en el Parque de Castrelos y cuidando al  de mi hijo mayor; de vez en cuando nos lo deja a pasar el finde. 

Pero me he comprado un pajarito. En un canario gris perla y lo llamamos Sweety, una mezcla entre sweet y Tweety, porque es un canario pero no amarillo y porque es muy dulce, viene a ser como Platero pero en pajarillo. Le estoy enseñando a cantar. Aquí lo tenéis en la primera foto disfrutando del aire tibio que le llega desde el parque. En la imagen inferior está escuchando con atención la grabación de trinos que le pongo todas las mañanas. Me aseguraron en la pajarería que desde hace muchas generaciones estos animalitos se crían en cautividad y que por eso están acostumbrados y son felices así. Yo le he comprado una jaula espaciosa, espero que sea feliz con nosotros.¡Bienvenido Sweety!