Les pedí a los voluntarios de la protectora Os Biosbardos, que me hicieran llegar el borrador de la ley sobre protección animal que ha redactado la Xunta de Galicia. Leí estos días que las entidades protectoras de animales de Galicia no estaban nada contentas con su contenido y, la verdad es que me llevé un disgusto porque estaba bastante esperanzada con tener de una buena vez una legislación que evitara el sufrimiento innecesario a los animales y, por extensión, a las personas que sufrimos al verlos sufrir. También me enviaron el comunicado suscrito por 30 protectoras en el que recogen su malestar y enumeran los aspectos de la ley con los que no están de acuerdo.
Esto es, básicamente, lo que establece la nueva ley en lo que se refiere a los animales domésticos
En primer lugar, tras los prolegómenos, la ley aborda y enumera los deberes de los propietarios de estos animales. Lo que establece es lo que cualquier persona sensible se "autoimpondría": alimentarlos y ofrecerles bebida en cantidad suficiente y en condiciones de salubridad, proporcionarles la atención sanitaria adecuada, un lugar de descanso, evitar que se crucen a su aire, y llevar los perros debidamente sujetos cuando se pasea con ellos en lugares públicos.
En cuanto a las prohibiciones, además del incumplimiento de los deberes anteriormente enumerados, estarán prohibidos el maltrato, el abandono, la mutilación, hacerlos participar en peleas, utilizar mecanismos que impidan su movilidad o que se utilicen para educarlos causándoles dolor, utilizarlos para la realización de trabajos si son menores de 6 meses, o cuando ese trabajo acarree sufrimiento. Asimismo, se prohibirán las filmaciones que puedan hacerles sufrir o sentir miedo, administrarles sustancias que modifiquen su comportamiento, usarlos como premio en concursos, y alimentarlos en espacios públicos.
La ley también aborda el transporte de los animalejos, y la obligatoriedad de identificarlos e inscribirlos en un registro de la Xunta.
Queda prohibida la venta de animales si esta no se realiza en centros autorizados y estos no podrán exhibirlos como reclamo comercial.
Se regula la adopción, que no se podrá hacer directamente, sino a través de un centro autorizado. Todos los ayuntamientos deberán disponer de servicios de recogida y de acogida.
También se prohibe la eutanasia de animales si no es por motivos de salud y llevada a cabo por un veterinario. En la ley, a mi modo de ver, se utiliza erróneamente el término eutanasia, en su lugar debería usarse la palabra sacrificio.
Los comportamientos indebidos los encuadran en tres categorías y establecen la cuantía de las multas: faltas leves entre 100 y 500 euros, faltas graves entre 500 y 5000, y muy graves, sancionadas con entre 5000 y 30.000 euros.
Las protectoras de animales se quejan en su documento, porque consideran que la ley entorpecerá su labor, mientras potencia la existencia de centros privados que serán los encargados y autorizados para recoger los animales abandonados. También se quejan porque deja fuera de la regulación a los animales de autoconsumo, y les parece desastroso que se prohiba la adopción de animales enfermos, porque son precisamente ellos los que más necesitan un hogar. Por otra parte, les parece totalmente desafortunado que se prohiba recoger y adoptar animales abandonados por parte de particulares y que no los podamos alimentar a en lugares públicos.
Desconozco si tienen razón las protectoras cuando advierten de una privatización de los servicios y de que eso sea negativo, no tengo datos para opinar sobre esto, pero coincido plenamente con ellos cuando califican de forma tan negativa que se prohiba adoptar a los pobres perros enfermos, que quedan así condenados a permanecer en los refugios, cuando a tantas personas son estos los animales que más nos gustan. No hay ser más agradecido que un perrito con achaques al que brindas una última etapa segura y con cariño. Lo sé porque he disfrutado de esa satisfacción con varios perros, entre ellos un setter que rescaté de su dueño cuando se disponía a matarlo porque ya no servía para cazar. En cuanto a la prohibición de alimentarlos cuando están abandonados, habrá que intentar que en la Xunta entren en razón, porque eso es una barbaridad. Habrá que explicarles en qué condiciones se encuentran muchos perros abandonados, el tiempo que se tarda a veces en llegar a ellos porque están asustados. He tardado meses en lograr acercarme a alguno, lo conseguía después de ir dejándole comida día a día, aproximándome poco a poco, cada vez más, hasta ganarme su confianza. Estos perros no suponen un peligro, ni quienes los alimentan lo permitirían. Salvo algún pirado que ande suelto por ahí, quienes amamos a los animales, ponemos por encima de todo la seguridad de las personas. Hacerse con un perro abandonado, casi siempre una víctima de malos tratos, no es tan sencillo como llamar a un numero de teléfono y que aparezca un híbrido entre Mary Poppins y el Doctor Doolitle, eso, en caso de que logren poner en marcha esa infraestructura que anuncian con un sistema de recogida en cada ayuntamiento. Esta Xunta que acostumbra a anunciar tantas medidas que después resultan ser sólo fantochadas, que no me inspira mucha confianza.
Pero recomendaría a las protectoras que fuesen posibilistas, que aspiren a lo mejor pero que reconozcan también las mejoras. En su comunicado afirman que esta ley empeora la situación de los animales. Desde el cariño y el reconocimiento a su labor, les digo que me parece un enfoque mejorable, y que puede ser interpretado y vendido como un posicionamiento influenciado por movimientos políticos. Sería una pena. Por último, me gustaría hacer dos peticiones, la primera es que se encuadre como falta grave y no leve, tener a un animal sin ser alimentado y cuidado. La segunda, más que una petición es una sugerencia: hacer inspecciones aleatorias en parques y otros lugares públicos. Tras diez o veinte multas bien aireadas en prensa por no tener la mascota identificada y registrada, la gente empezaría a entender que tener una mascota cuesta tiempo y dinero, y evitaríamos muchos abandonos.
Os dejo el enlace al proyecto de ley, y otro enlace a una antigua entrada de este blog en la que hablaba de uno de los muchos perros que pude salvar gracias a que nadie me prohibió hacerlo. También os dejo unas fotos que hicimos en Os Biosbardos. La que encabeza esta entrada es de allí. Por último, me gustaría adelantarme a todas esas personas que nos critican a quienes empleamos tiempo y recursos en ayudar a animales necesitados. El argumento habitual es "¡con tanta gente muriéndose de hambre!...". Antes de que me lo digan, les diré que en casa colaboramos con varias ONG de ayuda a personas, y que solo acepto reproches de gente que vista túnica de percal, que coma lo imprescindible para sobrevivir, y que no gaste un céntimo de euro en otra cosa que no sea dar de comer al hambriento.
PD. Hoy publica la La Voz de Galicia una noticia sobre la detención de un hombre de 42 años en Sotomayor, en cuya casa se encontraron 12 perros heridos, enfermos y desnutridos, además de 3 muertos. Ojalá una nueva legislación logre disuadir a desalmados como este individuo. La noticia aquí.
Feliz semana, amigos.
Las chicas de la casa
Anteproyecto de ley de protección animal
13 de junio de 2017. El fiscal pide cárcel para el maltratador de perros de la finca de los horrores
Fin de la ironía.
ResponderEliminarQuizás sería muy osado por mi parte, buscar seres orgánicos que presenten características humanas, pero teniendo en cuenta que hoy hablamos de perros, permítanme que traiga a colación al animal más traicionero, al animal más rastrero, al único animal que muerde la mano de quien le da de comer, me refiero, como no puede ser de otro modo, a esa raza de complicada ubicación y que contra nuestra voluntad está viviendo momentos estelares: el nacionalista catalán. Es cierto que hay animales y animales. Y Puigdemont es un animal, no precisamente de compañía. Uno no debería aprovechar la coyuntura de que se hable de animales, para tratar de disipar todo el odio contenido contra el gen totalitario que se está incubando en Galicia y que en Cataluña ya asoma la cabeza fuera del cascarón.
Tampoco es cosa de llamarle perro cismático a Puigdemont, los perros son animales nobles. Fin de la ironía. No se puede tolerar que una comunidad autónoma, con sus representantes al frente, se alce en rebeldía contra el gobierno de la nación. Podríamos hablar de golpe de estado, de glorioso alzamiento nacional - ista, llamémoslo como le llamemos, no podemos consentir que el acto de ayer se quede sin consecuencias. La población asiste estupefacta a una rebelión en toda regla, sin que el gobierno tome la iniciativa. Habrá que prevenir el efecto contagio, impedir que cualquier desalmado se levante contra la nación y le salga gratis.
Durante años hemos dejado hacer, les hemos regalado a los separatistas medios de comunicación para fomentar el odio, hemos permitido que durante más de treinta años se educase a una generación en el odio a España, hemos consentido que el idioma común fuera desterrado, que la historia se contase en función de los intereses secesionistas. Y ahora, ¿de qué nos quejamos?
Me pueden decir que lo que pretenden los nacionalistas es una respuesta por parte del estado, para erigirse en víctimas. Me da igual, hay que actuar. Nadie de Francia, ni de Alemania, va a mover un dedo mientras el estado, en cumplimiento de sus funciones, ponga a estos levantiscos catalanes en el lugar que les corresponde. Cuando tenemos a un grupo de delincuentes que no se cansan de repetir que están cometiendo una ilegalidad y se vanaglorian por ello ¿qué esperamos para llevarlos a Soto del Real? No tengan duda, como siempre, llegamos tarde, muy tarde. Durante años los ciudadanos catalanes han sido educados en la seguridad que España era algo ajeno y saben de sobra que no hará nada para impedir la secesión. Mientras el motín salga gratis, tendremos alzados a los nacionalistas.
La única diferencia entre la España del siglo XXI y la Alemania de 1933 es que los nacionalsocialistas predicaban la superioridad racial y los nacionalistas predican la superioridad lingüística. Los métodos no difieren mucho. Tenemos a los supremacistas del Califato incrustados en la sociedad, adoctrinando a los hijos de los catalanes en la yihad idiomática.
El nacionalismo echa sus redes en un mar revuelto donde se mezclan deseos imposibles con anhelos inalcanzables. Dicen que Puigdemont ha llevado el “prucés” a una fase evanescente. Pase lo que pase después del 1 de octubre, aquí no hay inocentes. Unos son culpables por acción y el resto, la gran mayoría, lo somos por omisión.
Alabar a los perros, criticar a los nacionalistas y ni la más leve sombra de sospecha contra los picheleiros. Lo confieso, me estoy echando a perder. Decididamente este comentario se me ha ido de las manos. En esta sociedad, donde todo el mundo apostata, ya no te puedes fiar ni del Banco Popular, los políticos te traicionan y el único humano que nunca te dejaría en la estacada tiene cuatro patas. Definitivamente, ellos nunca lo harían.
P.D. Ahora que el verano ha entrado en fase ecuménica y que uno cuenta los días que le quedan para intentar relajarse en la mejor playa gallega, ¿sería mucho pedir a los “animales” que van a Barra con perros de compañía que dejaran a sus mascotas en casa?
De acuerdo con usted. Proteger a los animales con sentido común. Son nuestro compañeros y no cuesta nada garantizarles un trato sin abusos y en armonía. Es posible hacerlo y debemos hacerlo. Enhorabuena por la defensa que hace.
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